Recuerda que intentar dirigir tu comunicación a todo el mundo, en realidad es como no hablarle a nadie. Los medios de comunicación son cada vez más segmentados y por esta razón es importante saber EXACTAMENTE a quién te estás dirigiendo. Así que, ¿por dónde comenzar?
¿Quiénes conforma a tu audiencia?
Antes que nada, elige una audiencia general basándote en información demográfica y geográfica.
La segmentación demográfica significa hacer preguntas como:
¿Cuál es la edad de las personas a las que deseas hablarles? ¿Quieres dirigirte a un grupo específico? ¿Qué tan amplio es este rango?
¿Cuál es el género de tu audiencia? ¿Es el género importante para tu causa?
¿Cuál es el estatus familiar? ¿Es esta característica importante para tu causa?
¿Cuáles son los ingresos de tu audiencia?
¿A qué se dedican profesionalmente? ¿Qué tipo de trabajo tienen?
La segmentación geográfica propone preguntas como:
¿Dónde viven?
¿Cuáles son sus preferencias culturales? ¿Existen susceptibilidades culturales que debes tener en cuenta a la hora de planear tu comunicación?
¿Cuál es su idioma? ¿Es importante para ellos comunicarse en otros idiomas además del idioma oficial de su país?
Algunos ejemplos de la audiencia general pueden ser: hombres taxistas, entre 20 a 40 años, en Panamá. Mujeres, viudas con hijos jóvenes en Argentina. Niños inmigrantes bilingües en Estados Unidos. Luego de seleccionar una audiencia objetivo general, deberás reducirla a una audiencia más específica.
Mientras más segmentada este tu audiencia, mayor será el impacto de tu narrativa y mayor será tu oportunidad de influenciar los comportamientos y perspectivas de tu audiencia.
¿A qué se dedica tu audiencia?
Para reducir aún más tu audiencia debes identificar una comunidad (de la audiencia general que elegiste con información demográfica y geográfica) que comparta la misma motivación por un comportamiento voluntario común en el que deseas tener un impacto. Ten en cuenta que el comportamiento debe ser específico y debe haber sido elegido voluntariamente por esa comunidad. Así que, por ejemplo, en la afirmación “soy una persona infeliz que vive en un pueblo pequeño”, ser “infeliz” no es un comportamiento voluntario. Un buen ejemplo de uno voluntario podría ser “pasarlas tardes solo en casa después del trabajo”.
Otros ejemplos son: los jóvenes que fuman marihuana se sienten admirados por otros adolescentes. Mujeres en Buenos Aires con aplicaciones móviles para la salud y que gasten dinero en prendas de vestir deportivas.
Una vez hayas respondido a estas preguntas, estarás listo para hacer la tercera pregunta (también conocida como pregunta objetivo): ¿por qué tu audiencia muestra ese compartimiento especifico?
¿Por qué tú audiencia se comporta de esa manera?
La pregunta objetivo debe ser una pregunta fácil de ilustrar, debe tener un gran espectro de temas a analizar para poder reconocer las emociones de tu audiencia. Una pregunta objetivo ideal debe contener dos elementos: la comunidad y el comportamiento voluntario. La fórmula para una pregunta objetivo clara es la siguiente:
¿Por qué + microaudiencia (entendida como comunidad) + comportamiento voluntario común?
Ejemplo: ¿Por qué fuman los jóvenes? ¿Por qué las generaciones mayores en Chile no quieren votar?
Con esta pregunta, podrás comenzar a utilizar la técnica del mapeo de audiencia objetivo para poder profundizar en tu conocimiento sobre a quién debes llegar para alcanzar tus objetivos y cómo asegurarte de tener una campaña exitosa. Únete a nuestro curso digital gratuito “Construcción de Narrativas Positivas” para aprender más sobre los siguientes pasos.