A mis 16 años fui víctima de ciberacoso por parte de un conocido en redes sociales. Aquello me dejó desconcertada puesto que no sabía cómo manejar la situación, ocasionando problemas en mi vida cotidiana. En aquel momento sabía que no iba ser la primera persona y que probablemente no sería la última a quien le sucediera, pero me encontraba tan ansiosa que decidí cerrar mis redes e ignorar el problema.
Tiempo después reflexioné y tomé la decisión de hacer algo con aquella experiencia dolorosa que había tenido: quería ayudar a quienes se enfrentaran a una situación parecida a la que había vivido. No conocía la Escuela de Influenciadores, pero por ese entonces la gestora social del proyecto en Pereira, habló con un conocido que pronto nos puso en contacto. Cuando me contó de qué se trataba, captó mi interés y quise hacer parte de la Escuela.
Mediante los talleres didácticos e informativos en los que participé, comprendí todo lo que había vivido y cómo podía enfrentarme a aquellos problemas haciendo uso de diversas herramientas informáticas. Al culminar mi formación decidí brindarla y compartirla con personas de mi comunidad para cumplir mi objetivo de ayudar a quienes como yo habían sido víctimas de personas malintencionadas que navegan en la web.
Actualmente soy Líder Nacional de la Escuela de Influenciadores y lo que más me agrada es que puedo compartir la información que recibo con otros. Tuve la oportunidad de hacer una réplica en la institución educativa a la cuál pertenezco y de la cual soy representante como personera estudiantil. Esto me pareció realmente oportuno pues gran parte de la población de mi comunidad educativa son jóvenes, y como tal, pasan bastante tiempo navegando en internet expuestos a situaciones que pueden ocasionar percances. Al compartir esta información con ellos, pude darles estrategias para que sepan afrontar estas problemáticas.
Escuela de influenciadores me ayudó a desarrollar habilidades para la vida, entre ellas la mediación, y descubrí herramientas que me sirven para brindar ayuda a otros en el mundo cibernético. Por ejemplo, aprendí los procesos a seguir y las páginas a las cuales acudir para afrontar casos de acoso e intimidación por redes sociales. Me ayudó a saber cómo sobrellevar estas situaciones y también a saber cómo evitarlas.
Estas pautas fueron muy óptimas para mí, pues experimenté en reiteradas ocasiones acoso por redes sociales, lo que perturbó mi tranquilidad. Sin embargo, ahora que conozco diversas formas de hacerle frente a estos inconvenientes me siento más segura.
Mi principal recomendación para los jóvenes es tener siempre precaución a la hora de navegar en diversos espacios cibernéticos. Si bien es cierto que la tecnología y la internet nos ha permitido mantener un mayor contacto con gran cantidad de personas aún en la distancia, también es un lugar en el cual personas mal intencionadas pueden generar situaciones conflictivas y riesgosas. Por ello, es de vital importancia que conozcamos los peligros a los que estamos expuestos y las formas de manejar estas adversidades que se nos puedan presentar, para que en caso de que nos ocurra, no nos tome desprevenidos y llegue a arrebatarnos la tranquilidad.
Finalmente, una de las frases que más suelo escuchar a mí alrededor es “de todo hay en la viña del señor” y creo que es algo bastante cierto. El mundo está habitado por gran cantidad de personas, todas distintas, y algunas no tan buenas. Estamos expuestos no solo a riesgos presenciales, sino también a los que podemos encontrar en la virtualidad, ya que la tecnología se ha convertido en parte fundamental de nuestras vidas. Por esto es importante que sepamos lidiar con los percances que se puedan presentar y entre más evitemos arriesgarnos, mejor. Sin embargo, que esto no sea una razón para cohibirnos de explorar la internet, pues allí podemos encontrar también información sumamente beneficiosa.
Escuela de Influenciadores es una iniciativa de UNICEF y Tigo Colombia, implementada por MAKAIA. Conócela aquí.