Periodistas y ONG de todo el mundo se han esforzado por contrarrestar la desinformación a través de instituciones, organizaciones y asociaciones denominadas fact-checkers (o simplemente verificadores de información), que se dedican a corroborar y comprobar la veracidad de la información y las noticias difundidas en las plataformas digitales. La comprobación de hechos tal y como la conocemos hoy nació con Factchecker.org, página web lanzada en diciembre de 2003 por Brooks Jackson, antiguo reportero de Associated Press, Wall Street Journal y CNN.

Hoy en día, tenemos un grupo de Fact-Checkers en el mundo llamado Red Internacional de Fact-Checking, que es una unidad del Poynter Institute dedicada a reunir a los fact-checkers de todo el mundo. Supervisa las tendencias en la comprobación de hechos, proporciona recursos de formación y organiza una conferencia anual sobre la comprobación de hechos llamada #GlobalFact. Su objetivo es promover las mejores prácticas en la comprobación de hechos y proporcionar un lugar para la colaboración entre los verificadores de hechos de todo el mundo.

Colombia y Chile cuentan con instituciones firmantes y pertenecientes a esta red internacional. Colombiacheck de Colombia y Fast Check CL de Chile participan en este esfuerzo internacional para contrarrestar la desinformación. Por su parte FastCheck CL nace el 2019 en Chile en el marco de lo que se conoció en Chile como el Estallido Social, donde hubo fuertes revueltas sociales y así mismo ocurrieron varias situaciones violentas que alertaron al país. Este escenario caótico trajo consigo una ola muy grande de desinformación y es allí donde nace la iniciativa de verificar la información compartida viralmente. Eventualmente Fastcheck se dedicaría también a hacer análisis de discurso que emiten autoridades políticas, empresariales y sindicales de contenido tanto audiovisual como escrito.

Mientras que Colombiacheck, fue fundado por Consejo de Redacción como un proyecto de que nació en el 2016. También sale a la luz en medio de una coyuntura social y política compleja, como lo era el plebiscito para indagar por la voluntad del pueblo colombiano de llevar a cabo el acuerdo de paz con las guerrillas de las Farc. En este contexto de afirmaciones de diferentes funcionarios públicos y políticos de relevancia nacional y, por otro lado, la cantidad de desinformación que estaba circulando sobre el acuerdo de paz. En este momento la organización también se dedica a verificar las mentiras o verdades que dicen los candidatos políticos, el presidente, los alcaldes y figuras políticas.

Uno de los propósitos principales y más relevantes de las organizaciones verificadoras de información es incrementar el costo de las mentiras. Cualquier ciudadano, político, autoridad sindical o empresarial puede mentir sin ningún costo, porque nuestro modelo y valores democráticos no sancionan a ningún actor por la falsedad en las afirmaciones. Por lo que no hay incentivo alguno para decir la verdad. De aquí que una organización verificadora de información ponga filtros a los discursos y afirmaciones de políticos, empresas y sindicatos, para que estos piensen dos veces antes de decir cualquier información falsa y allí es cuando se incrementa el costo de mentir. Estas organizaciones tienen reto democrático bastante importante, en le medida en que son quienes permiten entregar información rigurosa y curada de vicios de mala intención a los ciudadanos, para que estos obtengan información de credibilidad para tomar decisiones en su diario vivir.

El mundo moderno ha traído consigo avances tecnológicos que han sido de gran ayuda para la humanidad. El internet y lo que trae consigo, incluyendo las redes sociales, son invenciones que nos permiten comunicarnos y estar mejor interconectados. Sin embargo, estas invenciones también han traído consigo externalidades negativas que hacen que su uso no solo tenga beneficios sino también algunos perjuicios. La desinformación es uno de estos y está presente en la información que consumimos de redes sociales y páginas web.

Por este motivo entregamos algunos concejos para verificar la información que consumimos diariamente al usar nuestros dispositivos digitales.

1. Debemos hacernos varias preguntas:

- ¿Quién lo comparte?

- ¿Es confiable la fuente que lo envía?

- ¿Para qué lo quiero compartir?

2. Desconfiar de las capturas de pantalla, de cadenas de WhatsApp que sean reenviadas muchas veces, de audios de personas que no conocemos y que nos saludan con familiaridad.

Para más tips para contrarrestar la desinformación puedes registrarte gratuitamente a nuestro curso en línea, haciendo click aquí:


Nota: Esta información es parte de los aprendizajes de nuestro conversatorio en "Fact-checking y noticias falsas en el contexto colombiano y chileno". El que podrán revivir en el siguiente recuadro.

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Ilustración de fondo: Photo by Anyaberkut from Dreamstime / Dreamstime license