El siguiente caso de estudio es un material pedagógico diseñado para el Curso Autodidáctico de Alfabetización Mediática y tiene como finalidad proporcionar un ejemplo de estudio actual de las diferentes estrategias utilizadas por actores en América Latina para implementar campañas de propaganda. Por lo cual, su contenido es informativo y educativo.

La era digital y el internet han permitido ampliar la difusión masiva de estrategias y herramientas para promover, desviar, difundir ideas y confundir a los votantes y a la comunidad en general. El alcance de estas herramientas, permite una difusión a gran escala, y además, en muchas oportunidades, tiene un componente muy importante que es el anonimato.

En el caso de la Propaganda, según la Real Academia Española (RAE) es la “acción y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores”. Sin embargo, en este contexto, la palabra Propaganda también puede ser un término para denotar ideas o información de veracidad cuestionable para promover cierta opinión o ideología.

En nuestro curso de alfabetización mediática analizarás cómo funcionan las campañas de propaganda como estrategia para la desinformación. Además, a través de ejemplos reales conocerás herramientas para fortalecer el pensamiento crítico y diferenciar entre fuentes de información confiables y aquellas utilizadas para la Propaganda.

Veamos entonces, como ha sido manejado este fenómeno por el oficialismo (gobierno venezolano) en Venezuela. La clase política y el gobierno, al igual que en otros países, han utilizado estos medios digitales y su alcance para difundir su agenda política y crear una estrategia de propaganda muy efectiva. En Venezuela las clases políticas se han aprovechado del alcance en las redes sociales para difundir su propaganda política, desarticular opositores y desviar o confundir la atención de las masas. Por lo que este ejemplo puede ser un caso particular de estudio.

Según Iria Puyosa, profesora de la Universidad de Brown en EE.UU e investigadora venezolana especializada, estas estrategias lograron asentarse en Venezuela por "el rol central de entes de Estado en la difusión de desinformación, su alta capacidad de coordinación y la sofisticación de sus campañas en el uso de información en las redes sociales y los conflictos políticos (DW: 2020). Según la publicación, ya Venezuela venia utilizando estas estrategias mucho antes de que estas se volvieran comunes en el mundo. Es por esta razón que, en un estudio de la Universidad de Oxford del año 2019, Venezuela se ubicaba entre los 7 países que mas operaban propaganda digital.

El gobierno venezolano ha realizado una estrategia de propaganda mediática, utilizando bots y trolls, para impulsar tendencias de opinión a favor de la “revolución bolivariana”. Este Estado, tomó la delantera en estas estrategias mediáticas digitales mucho antes de que se volvieran comunes en otros países de América Latina, aprovechando además la censura impuesta desde el gobierno a los medios de comunicación tradicionales.

Antes de continuar, aclaremos…

  • Un bot puede ser una cuenta automatizada de redes sociales, administrada por un algoritmo. A los bots se los encuentra especialmente en Twitter y otras redes sociales que permiten a los usuarios crear múltiples cuentas.

  • Un troll es una persona que inicia intencionalmente un conflicto online u ofende a otros usuarios para distraer y sembrar divisiones mediante la publicación de declaraciones incendiarias o fuera de tema en una comunidad digital o red social (Red Internacional de Periodistas:2018).

Cómo lo han realizado?

El uso de las campañas comunicacionales, se ha hecho con diferentes propósitos, como el apoyo a la “revolución”, el desencuentro con actores políticos de la “oposición”, o su posición en contra de gobiernos en desacuerdo con el “régimen”. La estrategia comunicacional en este caso, incluye la difusión de mensajes sesgados o falsos, que se multiplican a través de bots.

Para lograr este propósito, se denota el mayor alcance que ha logrado el gobierno en comparación con la oposición, a través de Twitter. La organización Open Democracy ha informado que “la acentuada desproporción de los mensajes del chavismo con respecto a la oposición en Venezuela es corroborada por estudios que se encargan de rastrear las cuentas de Twitter (bots). En una relación de 97 a 3, entre el primero y el 15 de agosto de 2019, se detectaron 226.013 tuits generados por el Ministerio de Comunicación e Información (MIPPCI) frente a 5.089 de la oposición, según una medición de Probox, observatorio creado por investigadores venezolanos para el monitoreo y análisis de la actividad digital destinado a combatir la desinformación en la red” (Open Democracy:2019).

Es así, como el gobierno en Venezuela ha utilizado las redes sociales para desinformar aprovechando el nivel de penetración de Twitter en el país, donde alrededor del 70% de los venezolanos confía en esta red social para acceder a información sobre temas políticos (Open Democracy:2019).

En este caso, es importante resaltar que se trata de una estrategia dirigida y no una mera coincidencia. Desde el DFR Lab, se ha confirmado que “el comportamiento de la cibertropa de Maduro en Twitter es dirigida desde un manual y coincide con las instrucciones del Proyecto de Formación de Ejército de Trolls de la Revolución Bolivariana, creado por el Ministerio de Interior, Justicia y Paz en 2017 para “enfrentar la guerra mediática”.

Así, el gobierno venezolano utiliza entre otros medios de comunicación, Twitter para difundir sus mensajes, posicionarse como tendencia y “combatir” la información de la oposición, con el propósito de generar tendencias de opinión a su favor a nivel nacional e internacional.

En efecto, quienes se benefician por la campaña artificial de retuits y reenvío automático de tuits, para lograr ser tendencia se asocian con los términos: Venezuela, pueblo, presidente, Maduro, Gobierno, Chávez, Rusia o patria (El País: 2019).

Veamos algunos ejemplos de los temas que han sido movidos y posicionados por el gobierno, desde su estrategia mediática:

En relación con una campaña contra Juan Guaidó, el DFRLab identificó entre las 11.798 cuentas una red de 112 cuentas, todas apoyando al régimen, que actuaron para impulsar los hashtags. Las cuentas crearon tuits originales mencionando los hashtags y publicaciones amplificadas de otras cuentas en la red. La red actuó de manera coordinada para promover una campaña contra Guaidó en Twitter durante y después de las elecciones de 2018. En otro caso, por ejemplo, se identificaron varias cuentas que posicionaron el 20 de enero de 2020 la etiqueta #SeamoscomoSucre, la cual buscaba que “el pueblo venezolano siga los pasos del Gran Mariscal Antonio José de Sucre, quien demostró disciplina y lealtad durante la lucha por la liberación de los pueblos”. Este mensaje promovía la lealtad a las políticas del régimen (El Diario:2020).

Finalmente, la pandemia actual generada por el COVID-19, tampoco se ha escapado del aparato comunicacional del gobierno y ha sido parte de las diferentes campañas. En una ocasión, por ejemplo, se movilizaron mensajes de estigmatización de los migrantes o retornados a Venezuela, acusando a los gobiernos de Brasil y Colombia de enviarlos de vuelta como “armas biológicas” contra el país a través de “bioterrorismo” (El Mostrador:2021.

Ten en cuenta

Después de revisar este caso, es importante anotar que los medios de comunicación en la era digital y las redes sociales son una herramienta muy poderosa, con un flujo de información muy alto y a disposición de cualquier tipo de causa.

También, en nuestro curso de alfabetización mediática veras que los medios son construcciones. Están construidos por humanos con sus propios sesgos, opiniones, creencias e intenciones. Por esta razón, existen campañas y algunos mensajes que están diseñados de manera deliberada con el fin de desinformar y posicionarse ante la opinión pública, mediante manipulaciones que favorecen a personas, gobiernos e instituciones específicas

Y ya que sabes todo esto, recuerda pensarlo dos veces antes de consumir información nueva. ¿Es cierto? ¿Cuál es la Fuente? ¿Es creíble? ¿Estás siendo lo más objetivo posible? ¿El mensaje que se transmite, realmente tiene el alcance que está mostrando, es verídico?

Profundiza en el tema con las siguientes lecturas: