Un primer paso es identificar la diferencia entre:
Desinformación: Contenido audiovisual fabricado o deliberadamente manipulado. Con teoría conspirativas o rumores creados de forma intencional.
Información incorrecta: Un error sin intención como una foto, pie de foto, fecha, estadística o traducción incorrecta, o incluso cuando una sátira es entendida de forma literal.
Información maliciosa: La publicación deliberada de información privada con intereses personales o corporativos en vez de públicos, como el porno de venganza. Cambiar de forma deliberada el contexto o fecha de contenido genuino.
Además de la diferencia entre estos tipos de trastorno de la información, es importante reconocer las categorías de la desinformación:
Contenido Engañoso: El contenido engañoso usa información para señalar negativamente un problema o a una persona.
Contenido Falso: Cuando un contenido real se comparte con información contextual falsa.
Contenido Fabricado: El contenido nuevo es 100% falso y está diseñado para engañar y hacer daño.
Contenido Manipulado: Sucede cuando información o imágenes genuinas son manipuladas con el fin de engañar.
Contenido Impostor: Se refiere a suplantar las fuentes genuinas.
Conexión Falsa: No existe relación entre los títulos, fotos o pie de foto y el contenido.
Sátira y Parodia: No hay intención de generar daño, pero si potencial de burla.
Desafortunadamente, hoy en día es muy fácil modificar y fabricar información. Ahora más que nunca, un análisis crítico de la información es esencial. Te invitamos a inscribirte a los cursos de “Construcción de Narrativas Positivas” y “Contrarrestar la Desinformación” para aprender más sobre la desinformación y como identificarla.