La teoría de cambio del proyecto se basa en la premisa de que la comunidad y los jóvenes emplearían herramientas como la tecnología cívica y, en consecuencia, se cambiaría significativamente la capacidad de la comunidad para participar consciente e informadamente en los períodos electorales. Es por ello, que el proyecto “No bote el voto” se centró en el uso de la tecnología cívica mediante la creación de una plataforma interactiva y un chatbot en WhatsApp, no solo para difundir información confiable sobre los procesos electorales, también para movilizar a la comunidad sobre la necesidad de adoptar un rol activo en temas claves de planificación territorial. La participación de personas (un total aproximado de 3.000 jóvenes) de los cuatro municipios fue fundamental, asignándoles roles protagónicos en la concepción, desarrollo y difusión de las herramientas.
Durante la fase de implementación, se llevaron a cabo talleres participativos con jóvenes de la comunidad para identificar las necesidades específicas de información y los desafíos relacionados con la participación ciudadana. Estos aportes guiaron el diseño y la funcionalidad de la plataforma cívica y el chatbot. Los y las jóvenes fueron capacitados en habilidades tecnológicas y en la comprensión de los procesos electorales y la planificación territorial. Trabajaron junto al equipo de desarrolladores para asegurar que las herramientas fueran intuitivas y accesibles para la comunidad en general.
La implementación de la plataforma cívica y el chatbot en WhatsApp fue fundamental para mejorar la accesibilidad a información en estos municipios durante el periodo electoral. Estas herramientas fueron fuentes confiables que detalló claramente y precisos sobre los candidatos, sus propuestas y los procesos electorales de los 4 municipios. La comunidad ahora podía acceder fácilmente a información clave que anteriormente podía ser difícil de obtener.
Uno de los logros más destacados del proyecto fue el aumento significativo en la participación de la comunidad, especialmente entre los y las jóvenes para hacer procesos de pedagogía electoral. Los y las jóvenes manifestaron que habían utilizado la plataforma cívica y el chatbot en sus espacios comunitarios, para promover que más personas se concientizaran sobre la mecánica electoral y la participación que deben tener las comunidades en los procesos de planificación territorial. Por ejemplo, los y las jóvenes del municipio de Jamundí, en particular, se involucraron de manera significativa en los debates y discusiones sobre la planificación territorial y los candidatos.
Su participación marcó un cambio importante en la dinámica comunitaria, donde no solo se escuchó la voz de la juventud, sino que se convirtió en un elemento crucial en la toma de decisiones sobre los temas fundamentales, que deberían abordar los programas de gobierno para atender a las necesidades de la juventud. La implementación de la plataforma cívica y el chatbot también tuvo un impacto directo en la conciencia informada de la comunidad. Hubo un aumento significativo de la participación de los jóvenes en las elecciones regionales de los municipios en donde se implementó el proyecto.
Además, la retroalimentación que nos dio la comunidad, respecto a las herramientas y el contenido divulgado en el marco del proyecto, demostró que se aumentó la comprensión y conciencia sobre los temas abordados. Esta mayor conciencia se tradujo en decisiones más informadas durante las elecciones, algunos de los comentarios recibidos fueron: “Es la primera vez que tengo acceso a los programas de gobierno antes de las elecciones y puedo votar de manera informada” (Comunicación personal vía WhatsApp Chatbot Noboteelvoto (2023). Los ciudadanos ahora estaban mejor equipados para evaluar las propuestas de los candidatos y entender las implicaciones de las decisiones de la planificación territorial. Una de las partes más gratificantes del proyecto fue la participación de los y las jóvenes de Cali, Jamundí, Suárez y Buenos Aires.
Resultados
La colaboración estrecha con este grupo demográfico enriqueció la iniciativa con perspectivas frescas y relevantes, así como, fortaleció el sentido de empoderamiento cívico entre los jóvenes. Su contribución fue esencial en la concepción, desarrollo y difusión de las herramientas tecnológicas, demostrando el impacto positivo de involucrar a la juventud en proyectos de esta naturaleza. El proyecto logró desmitificar mitos arraigados, como la creencia de que "El voto en blanco suma para el candidato ganador", a través de estrategias pedagógicas se pudo comunicar de manera efectiva la verdad detrás de este mito, proporcionando a la comunidad información precisa y contribuyendo así a una toma de decisiones más fundamentada y consciente.
La inclusión de información sobre las barreras para la participación política de las mujeres en Colombia fue un acierto. El proyecto destacó la persistente problemática y buscó sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de abordar estas desigualdades de género en el ámbito político. Este enfoque contribuyó a la creación de conciencia y apertura hacia la inclusión y participación equitativa en los procesos electorales. Por todo lo anterior, se considera que la implementación de proyectos destinados a sensibilizar a la comunidad sobre su participación ciudadana activa, durante las elecciones gubernamentales y la incidencia mediante los instrumentos de planificación, ha revelado la importancia de apoyar a los ciudadanos en su movilización como agentes claves para que en la toma de decisiones locales se priorice las agendas juveniles y ciudadanas que han construido las comunidades.
Este enfoque, va más allá de la mera emisión del voto y busca involucrar a la comunidad en la configuración y desarrollo de políticas que afectan directamente su entorno. La reflexión inicial destaca la necesidad de superar la percepción pasiva de la ciudadanía para convertirla en un actor activo y consciente en la construcción de su propia realidad. El proyecto, evidenció la capacidad transformadora de una comunidad informada y activamente involucrada en los procesos de planificación. La participación ciudadana se convierte así en un vehículo para la expresión de necesidades específicas y la promoción de proyectos que reflejen los valores y aspiraciones locales.
Conclusiones
La reflexión sobre estos resultados resalta la importancia de contribuir a la democratización de la planificación, permitiendo que la diversidad de voces y perspectivas contribuya a la construcción colectiva de un futuro sostenible y equitativo. La sensibilización sobre la participación ciudadana más allá de las elecciones gubernamentales ha generado una mayor conciencia sobre la interconexión entre los procesos democráticos y los instrumentos de planificación. Este entendimiento profundo fortalece la comunidad al dotarla de herramientas para abogar por políticas que respondan a sus necesidades inmediatas y contribuyan al desarrollo sostenible a largo plazo.
Finalmente se destaca la importancia de cultivar un sentido de responsabilidad y compromiso cívico continuo, reconociendo que la participación ciudadana es una tarea constante que va más allá de los ciclos electorales. En última instancia, la implementación de este proyecto ha demostrado que la participación ciudadana activa y la incidencia en la planificación son facetas inseparables de una democracia vibrante y funcional. Al fomentar un diálogo continuo entre los ciudadanos y las instancias de gobierno, se sientan las bases para una sociedad más justa y participativa. La reflexión global subraya la necesidad de continuar apoyando iniciativas que empoderen a la comunidad y fomenten su participación en la toma de decisiones que dan forma a su entorno y futuro colectivo.
En primer lugar, existe el desafío de superar la apatía y la desconfianza hacia las instituciones. Muchas comunidades perciben la participación ciudadana como un esfuerzo inútil por experiencias previas de falta de respuesta de las autoridades. Abordar este escepticismo y construir la confianza en la efectividad de la participación ciudadana es crucial para el éxito de cualquier proyecto, que para el caso de “No bote el voto” llevó a que los jóvenes se sentaran en un mismo espacio a dialogar con los candidatos.
En segundo lugar, la diversidad de la comunidad presenta un reto en términos de representación equitativa. Garantizar que todas las voces, especialmente aquellas de grupos marginados o menos representados, sean escuchadas y consideradas en los procesos de toma de decisiones requiere esfuerzos adicionales para superar barreras socioeconómicas, educativas y culturales, por ello el proyecto estableció un módulo específico para hablar de las barreras de la participación política de las mujeres en los municipios.
En tercer lugar, el acceso a la información institucional también se presenta como un desafío, dado que, algunas comunidades pueden enfrentar limitaciones en cuanto a la disponibilidad y comprensión de datos relevantes. Por ello, el proyecto contempló espacios para el levantamiento de información primaria y secundaria que permitiera identificar datos relevantes para la toma de decisiones que incluso sirven de insumo para los mandatarios locales.
Por último, la sostenibilidad de la participación ciudadana a largo plazo constituye un reto constante. Muchas estrategias pueden encontrar éxito inicial, pero mantener el interés y el compromiso de la comunidad a lo largo del tiempo puede ser difícil. Se necesitan enfoques creativos y continuos para mantener viva la participación ciudadana y para adaptarse a las cambiantes dinámicas sociales y políticas.
Abordar estos retos implica no solo diseñar estrategias efectivas, sino también trabajar de manera constante para superar las barreras y fomentar un compromiso ciudadano duradero y significativo llevando este tipo de proyectos a procesos ya constituidos de movilización, gestión e incidencia local.
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